-La Iglesia siempre ha concedido indulgencias a esta praxis, a lo amplio de los siglos, y aún ahora al rezo del Rosario de los Siete Dolores de la Doncella se le concede indulgencia parcial.

"Voy a darles todo lo que piden, siempre que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo o la santificación de sus almas."

Ambas obras serán de ayuda fundamental para la consulta de la doctrina católica enseñada por los papas y concilios.

Estas tres realidades han revolucionado la forma en que interactuamos con el entorno, abriendo un abanico de posibilidades tanto en el ámbito personal como profesional. En este artículo, exploraremos a fondo cada … Percibir más

Pondera, alma mía, las ansias, las fatigas, las penalidades, en fin, de toda clase, que hubieron de atormentar el alma purísima de María en tan grande y penoso delirio. El temor de ser descubierta y alcanzada por los feroces soldados de Herodes; los quejidos de las inocentes víctimas sacrificadas a su furor e impiedad; el llanto y alaridos de las desconsoladas madres; las dificultades y peligros de la huida; los rigores de su extrema pobreza… ¡ay!

Miradme ¡Oh mi amado y buen Jesús! Postrado en vuestra santísima presencia: os ruego con el veterano fervor imprimáis en mi corazón los sentimientos de Convicción, esperanza y caridad, dolor de mis pecados y propósito de de ningún modo ofenderos, mientras que yo, con todo el aprecio y con toda la compasión de que soy capaz, voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos ¡Oh mi Dios! el santo Profeta David: «Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar mis huesos».

Al pie de la cruz la Virginal María, perfectamente unida a su Hijo, pudo compartir de modo singular la profundidad del dolor y del amor de su sacrifi cio y nadie mejor que Ella puede enseñarnos a requerir la cruz.

7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna no obstante que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y Gozada imperecedero."

La liturgia de la celebración de los Dolores aoraciones de la Virgen es de origen Germano. En 1423 el arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas que los herejes hacían a las imágenes de la Inexplorado Dolorosa y en 1727 el Papa Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia. El hecho de que se celebre el 15 de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos Servitas celebraron en esa data la fiesta de los dolores de la Doncella, fiesta que PIO VII extendió a toda la cristiandad en 1814.

Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Origen. He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la bonanza eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.

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Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste Cuadro el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te apreciaríCampeón morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.

Por aquel sensible aproximación de vuestro santísimo Hijo, haced que me Naciente de la postración en que me tienen puesto mis enormes faltas, y cargue con la cruz de las penas y trabajos de esta vida, para aligerar en parte la cruz de Jesús, y mitigar vuestro dolor.

La devoción de los Siete Dolores de Nuestra SeñO proviene de una revelación de santa Brígida de Suecia, y es conveniente simple: se medita sobre singular de los siete dolores y se reza un Pájaro María después de cada unidad.